jueves, septiembre 15, 2005

El motivo

Empezar esta historia es muy fácil, solo hay que hacer clicks con el ratón. Que contar es lo díficil pero, bueno, todo es empezar.
Me gusta mi profesión, soy camarero y disfruto al ejercerla. No me limito a servir platos, trato de que los clientes (para mi, son mis clientes) disfruten de una velada agradable, aunque no sé si siempre lo consigo. Porque no todo depende de uno: una mala cocina, un aire acondicionado que no funcione, falta de personal para atender a todos los clientes,...
Hoy quedé preocupado, una pareja de ancianos no probó su segundo de menú. El señor tenía problemas de salud y, repentinamente, se sintió mal y su esposa me pidió la cuenta; les pregunté si querían un vaso de agua, un cola, ... o que avisará un taxi, pero la señora dijo que tenían cerca el coche y me limité a acompañarlos hasta él.
Espero que el señor se haya recuperado y esté bien, pero este suceso me hizo pensar que límites tiene mi profesión. ¿Deberíamos saber, todos, de primeros auxilios? ¿Somos conscientes de los riesgos laborales de nuestro trabajo?
Tengo muchas preguntas y pocas respuestas.

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